Subida del monte carmelo san juan de la cruz pdf
Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada,. Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas. Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes. Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres.
Analicemos el primero: "Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes". Si quis videtur inter vos sapiens esse in hoc saeculo, snultus fiat, ut sit sapiens". La segunda sentencia nos dice: "Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas". Tienen los hombres terrenos atrofiado el gusto, y por eso no perciben ni distinguen lo precioso de lo vil.
Para esto nos encamina San Juan de la Cruz diciendo: "Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas". La tercera sentencia nos dice: "Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees". Esto dice San Gregorio el Grande: "qui contempserit secularia, ipse merebitur sempiterna" "quien desprecia las cosas del mundo, merece las eternas".
La cuarta Sentencia nos dice: "Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres". No eres perfecto, sino imperfecto. No eres espiritual, sino carnal. Pues para venir a todo esto, que no eres, has de ir por donde no eres. Has de conocer tu propia Nada y caer en cuenta de ella. Dios quiere que conozcamos esta verdad fundamental, y por ella debemos subir a lo que no somos.
Modo de tener al todo: 1. Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada. Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada. Prosigue San Juan de la Cruz con su Nada en todo, para llegar al todo en todo.
La primera Sentencia dice: "Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada". De esto y de cosas impertinentes, cuanto menos sepas, mejor, y cuanto nada sepas, mejor. Con esta ciencia de Dios se sabe todo, y para ello conviene no querer saber algo en nada. La segunda Sentencia dice: "Para venir a gustarlo todo, no quieras gustar algo en nada".
En innumerables cosas conviene suspender el juicio, y abstraernos de lo que no nos toca, ni nos importa. Sin este cuidado trabajamos en vano para ser perfectos. No quieras, pues, gustar algo en todo, para venir a gustarlo todo. Modo para no impedir al todo: 1. Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo. Para venir de todo al todo, has de dejar del todo a todo. Cuando lo vengas todo a tener, has de tenerlo sin nada querer. Si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro.
Todas estas sentencias encaminan a la criatura que desea ser perfecta a purificar bien todos sus particulares afectos. La primera sentencia dice: "Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo". Las dificultades que nos ocurren y acontecen para llegarnos a Dios no nos han de detener, para arrojarnos confiados ala Providencia de Dios, que lo vence todo. No nos detengamos en reparos impertinentes, dejando por eso de arrojarnos al todo, que es Dios, sin reparar en algo fuera de Dios.
La segunda Sentencia dice: "para venir de todo al todo, has de dejar del todo a todo". Uno que se compone de todo lo creado, y otro que es el mismo Dios. Hemos de dejar del todo a todo creado, para venir de todo lo creado al todo Espiritual y Divino, que es Dios.
Ha de ir todo, por todo. Hemos de dejar del todo a todo lo creado. Para venir, pues, de todo al todo, has de dejar, del todo, a todo. La tercera sentencia nos dice: "Cuando lo vengas todo a tener, has de tenerlo sin nada querer". En ninguna cosa creada debemos poner el afecto, todo lo que tenemos, lo habemos de tener "sin nada querer". La cuarta sentencia dice: "Si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro".
Por lo que si se quiere tener algo en todo lo criado, no lo tienes en Dios todo junto, luego no tienes puro en Dios tu tesoro. No podemos hallar en Dios lo que no tenemos en Dios.
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